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BMW vs HONDA

 El post mas deseado. Alemania contra Japón. La reina de las maxitrail enfrentada a su más directa y dura competidora. Los dos modelos top venta dentro de la gama trail. BMW R1200GS Adventure   VS   HONDA Africa Twin Adventure Sports Muchos sois los que me preguntáis, ahora que tengo estas dos motos, que voy a hacer con ellas. Cual me gusta más o con cual me quedaría si me deshiciera de una de ellas. Cuando respondo rápido y breve -Disfrutarlas-. La siguiente cuestión de inmediato es -¿Para qué quieres dos motos iguales?-.  A continuación te voy a explicar desde el punto de vista de un usuario normal y corriente, sin idea de mecánica, las sensaciones que me aporta una y otra y finalmente con cual me quedaría o, cual de ellas me gusta más. Buri , la BMW R1200GS Adventure tiene un motor de 1170cc y 110cv y es del año 2012, mientras que  Farah , la HONDA Africa Twin Adventure Sports es de 2018, tiene un motor de 998cc y 95cv. Sus pesos declarados son 256kg para la BMW y

19 meses de secuestro

 Ya han pasado algunos meses desde la liberación de Buri. Debí sentarme y escribir este blog con las emociones a flor de piel como lo hice cuando la separaron de mi vida. Siento hacerlo ahora, quizás con menos emoción, o no. Lo cierto es que llevaba mucho sin acudir a este «diván» virtual a plasmar mis sentimientos. Hoy esa ausencia ha llegado a su fin. No te quiero prometer una periodicidad que posiblemente no cumpla, pero trataré de sentarme más y dejar que los pensamientos e ideas fluyan a través de mis dedos sobre el teclado de este ordenador portátil. Aun muchos no lo saben, aunque diría que la mayoría sí. No sé en que extremo estás tú así que lo mejor será contártelo como si no supieras absolutamente nada. 12 de marzo de 2018. Mi vida da un vuelco. Todo el esfuerzo, las ilusiones y proyectos se ven truncados cuando roban de mi plaza de garaje a Buri, mi BMW R1200GS Adventure. Desde la rabia, a la tristeza terminando en resignación. Hoy te puedo asegurar que fueron meses de se

Farah, la africana que me devolvió la ilusión

Hasta entonces viví aferrado a una marca que en los ultimos años no se portó conmigo como yo creo lo fui con ella (o con ellos) y, como se suele decir, «la gota que colmó el vaso» fue el robo de Buri. La benda de mis ojos se desplomó. Lo cierto es que el cambio del trato personal en la casa oficial comenzó con la liquidación de la financiación que me ataba a ellos, a pesar de seguir acudiendo como un fiel cliente y amante de la marca. Igual suena injusto pero fueron varios los desencuentros que sentí. Y no ni uno, ni dos. Decidí entonces que no volvería a «casarme» con nadie. Había un modelo de otra marca que me había hecho tilín desde que lo vi en prensa por primera vez. Aun Buri estaba en casa así que en cierto modo ya le fui infiel en aquellas pensando en semejante burra que había salido al mercado para comerse con papas a la GS de BMW y, por consiguiente el resto de trails del mercado. Aun así, ya sin Buri, miré y consulté la mayoría de modelos del mercado que se ajustaban a mi

Mi Lamento – homenaje a Buri, la moto que me hizo soñar-

Te arrebataron de mi lado y contigo se llevaron parte de mi. Aun me cuesta ver tu ausencia en el garaje. El estomago me da un vuelco cada vez que abro esa maldita puerta de seguridad y no te veo. Cada vez que me subo al coche y no veo tu figura a través del cristal del acompañante. Unos miserables sin ningún tipo de derecho han roto de un plumazo todos los sueños, proyectos, ilusiones que tenia junto a ti. Solo me quedan fotos y recuerdos. En estos 5 años me enseñaste que los sueños se cumplen, me ayudaste a sentirme mas seguro y fuerte, me sacaste una sonrisa y me hiciste feliz cuando mi vida dio un giro de 180 grados. Te cuidé y me cuidaste. Me hiciste cantar, reir y gritar de felicidad a través del casco, de pie sobre tus estriberas. Nunca podré olvidarte Buri. En cuanto pude te compré y ese mismo día cogimos un barco en nuestro primer viaje de aventura a Gran Canaria. En tus primeros 1000 km acumulaste 4 tarjetas de embarque y rodaste por tres islas. Contigo edité los capítul

Cuando formo una V con mis dedos

Hay costumbres que no deberían perderse. Es como dar las buenas horas al entrar en un lugar concurrido por más personas. Como ceder tu asiento a una persona mayor, con alguna minusvalía física o una embarazada. No sólo es por ética o moral, es por educación y empatía. Es, o era, muy típico en el mundillo motero, realizar una V con los dedos índice y corazón a modo de saludo al cruzarte con otro compañero sobre dos ruedas. Es cordial y símbolo de compañerismo, pero últimamente mis V’s no son devueltas. Recuerdo en mi pasado viaje a la península ibérica como cada saludo era correspondido. Incluso tengo grabada en la mente como un hombre en una moto similar a la mía correspondía mi saludo efusivamente con el puño en alto a modo de victoria. Fue un diálogo mudo de pocos segundos en el que nos entendimos a la perfección, ambos cumplíamos un sueño y eufóricos nos lo hicimos saber. No sé qué ocurre aquí, pero de 10 compañeros moteros, te devuelven el saludo 3 o 4. ¿Se están perdiendo la

Bearventura’17 -Microrrelatos 4-.

La ilusión de mi primer día de aventura en solitario se desvaneció de golpe, al mismo tiempo que mi estómago se encogía al tamaño de un puño. No podía creerlo, nada mas puse el contacto a Buri el panel de información del ordenador de abordo me alertaba de la falta de presión en el neumático delantero. Se me acumulaban las preguntas y, las diferentes opciones de respuesta; -¿cómo había pinchado? ayer la había dejado perfectamente, ¿Dónde podía reparar el neumático? Joder si casi nunca se pincha la delantera, ¿en que momento ha pasado?, ¿La habrán desinflado? ayer cuando estacioné había chiquillos cerca, igual hicieron la ruindad. ¿Habrán entrado en mi blog?…-. Y entonces las repuestas se tornaron en nuevas preguntas en un bucle que, hasta el día de hoy, las posibles respuestas no quieren entrar de ningún modo en mi cabeza. Por suerte una gasolinera me daba la bienvenida todos los días al llegar y salir de aquel lugar. Y sin saberlo se convertiría en mi salvadora lo que me restaba de